Supongamos que existe una civilización extraterrestre
avanzada con la capacidad tecnológica de observar el Universo sin ser
detectada. Supongamos que dicha civilización se fija en el tercer planeta del Sistema Solar, La Tierra, y decide
estudiar los seres vivos que lo habitan y lo destruyen, para poder decidir sobre
un posible contacto con ellos aunque, de antemano, sabe que el ser vivo situado
en la cima de la escala alimenticia, es el único que es capaz de acabar con la
vida de sus propios semejantes y de otros seres vivos y lo hace por diversión y
no por supervivencia.
El hecho de que esos seres, los humanos, son capaces de
destruir el lugar en el que viven sabiéndolo y aún así no hacen nada para
remediarlo, ya supone de por sí, un no rotundo para el posible contacto de las
hipotéticas civilizaciones extraterrestres con los humanos (¿será por eso que el
ser humano todavía no ha podido contactar con otras civilizaciones avanzadas
del universo y viceversa, a pesar de que la llamada Ecuación de Drake asegura
la existencia de dichas civilizaciones?, ¿saben lo que se hace el ser humano a sí mismo y a su planeta y entonces no les interesa el contacto por la violencia de los humanos?).
El ser humano se relaciona con otros de su especie y de
otras especies animales y su entorno en complejas sociedades. Supongamos que la
civilización extraterrestre que observa el planeta Tierra, se fija en una
sociedad en concreto y, se da cuenta en su estudio, que el ser humano es capaz
de criar especies animales, menos desarrolladas mentalmente, para alimentarse, lo
que para cualquier civilización avanzada no supondría ningún problema ético al
igual que tampoco le supondría a esta civilización un problema moral la
experimentación con otros seres vivos para conseguir vacunas con las que curar
o paliar las enfermedades propias de una carcasa degradable con el tiempo y basada
en carbono y agua.
Lo que sí supondría un dilema moral para una civilización
avanzada que estuviera observando al ser humano, sería el hecho de constatar
que el ser humano cría un tipo muy concreto de animal para ejecutarlo en una
estructura redonda mientras otros seres humanos se divierten al verlo. Dicho
animal no ha incurrido en ninguna falta ni ha provocado a los humanos,
simplemente nace para morir de una forma salvaje. Al ser humano que se encarga de
acabar con la vida de este otro ser vivo se le llama `torero´, puesto que el
animal al que mata se llama `toro´. Dicho torero es, en la escala de valores sociales por la que se rige la sociedad en la
que vive, tan valorado como otros seres humanos que se dedican a salvar
vidas de otros seres humanos (cirujanos), y mucho mejor valorado que otros humanos que inventan artilugios para hacer su vida más agradable
(ingenieros) y también mejor valorado que los humanos que estudian y analizan lo que
les rodea para tratar de entenderlo (científicos).
Dicho torero, acaba sin piedad con la vida de otro ser vivo,
sesga una vida para su propio beneficio y se lucra con ello. Las propias leyes
de los seres humanos identifican estas conductas con las expresiones “asesino”
y “criminal” sin perder generalidad con las acepciones que estas expresiones
tienen dentro de los tratados legales.
¿Es este otro punto en contra para que una supuesta
civilización avanzada con la capacidad de observar al ser humano, se plantee
contactar con él viendo cómo trata a otros seres vivos?, ¿dicha civilización
pensaría que el ser humano también quiere subyugarla tal y como hace con otras
especies del planeta Tierra incluidos sus semejantes?
Si el que escribe perteneciera a dicha civilización extraterrestre, con
toda seguridad obviaría al ser humano y lo dejaría en soledad para que se
autodestruyera en su planeta sin acabar también con la vida de seres que quisieran compartir su existencia en el Universo y los recursos de
otros planetas .