Jesse Pinkman es el otro personaje principal de la serie de
televisión Breaking Bad. No es mi serie favorita aunque sí está entre las que
considero las tres mejores series de televisión de la historia: The Sopranos,
Breaking Bad y The Wire. Cualquiera de las tres se merecen todos y cada uno de
los múltiples premios que han conseguido. Anteriormente hubo otras de renombre
que fueron muy populares aunque no tan buenas: El Santo, Star Trek, The Hill
Street Blues, Twin Peaks,… por citar algunas.
Volviendo al tema que nos ocupa, el personaje de Jesse
Pinkman me produce lástima. Por una parte es ingenuo, torpe, influenciable y
muy manejable, es la marioneta en la que se apoya Walter White, que no Mr.
Heisenberg, cuando más le conviene. Pero, por otra parte, lo que le identifica
realmente a lo largo de toda la serie es su lealtad y fidelidad y, a pesar de
ser un drogadicto empedernido, tiene unos principios morales que ya los
quisiera para sí el señor White. Existe pues una relación paterno-filial no
resuelta.
Deambula por la serie como un paria al servicio del “negocio”
pero tiene tremendos conflictos internos sobre su conducta con fuertes
depresiones. Es la típica persona que sabemos que nunca levantará cabeza y que,
con toda probabilidad, acabará sus días de forma dramática.
Todo esto sucede así hasta los últimos momentos del último
capítulo de la serie (personalmente la hubiera acabado dos capítulos antes, en el
capítulo “Ozymandias”) donde Heisenberg, el lado oscuro del señor White, le
pide que haga algo por él. Entonces todo se transforma y Jesse hace justo lo
que no ha hecho a lo largo de 5 temporadas: se niega a hacer lo que se le ha
pedido. Y este rotundo rechazo le salva la vida y huye conduciendo velozmente
mientras llora como nunca antes lo hizo. Solo por ese momento merece la pena
todo lo pasado.
Todos conocemos o hemos conocido a alguna persona con las
características de Jesse Pinkman. En algunos casos esas personas se han
revelado ante situaciones límite y hemos sido testigos de ello,
sorprendiéndonos por esas reacciones porque suponíamos que esa o esas personas
siempre serían unos parias, unas compañías prescindibles. En otros casos, pasan
o pasaron por nuestras vidas sin gloria y sin que pudiéramos comprobar si
realmente reaccionarían o seguirían siendo como Jesse Pinkman lo fue a lo largo
de tantos años.
Nada se supo de Jesse Pinkman después. Lo que sí aconteció
fue que Heisenberg – Walter White murió al poco tiempo de dejar de ser el
maestro de marionetas de Jesse aunque Mr. White ya estaba herido de muerte.