¿Quién osaría alterar una sola palabra de los relatos El Inmortal, Emma Zunz, El Zahir, La Escritura de Dios, Abenjacán el Bojarí Muerto en su Laberinto, La Espera, Funes el Memorioso o el propio Aleph, por nombrar algunos? Y Pierre Menard, Autor del Quijote es otra pequeña obra maestra parida de la pluma del genio Borges, al igual que los nombrados anteriormente. Por favor...
""Pablo Katchadjian, un desconocido escritor argentino, nunca imaginó el ruido mediático que generaría 'El Aleph engordado', el libro que publicó en 2009 en una editorial independiente y del que apenas distribuyó dos centenares de ejemplares entre amigos y familiares.
Concebida como un juego literario, la obra de Katchadjian agregaba palabras y frases al original de Jorge Luis Borges,
es decir, engordaba 'El Aleph'. Pero si hay alguien a quien no le gusta
que jueguen con la obra del gran referente de las letras argentinas es a
su viuda, María Kodama, que en 2011 demandó por plagio al joven y audaz
autor. Tras varias idas y vueltas, la justicia ha determinado ahora que
una comisión de expertos establezca si 'El Aleph' (1949) se puede o no
"engordar".
Acusado de plagio por los abogados de Kodama, el autor de 'El Aleph engordado' fue sobreseído en primera instancia después de que un juez viera en el libro simplemente un "experimento literario", tal y como argumentaba la defensa de Katchadjian. Kodama insistió y logró que la Cámara de Casación revocara esa decisión y determinara que el joven autor se había apropiado de la propiedad intelectual de Borges.
En este laberinto jurídico que tanto disfrutaría el autor de 'Ficciones', ahora le ha tocado el turno de apelación a Katchadjian, que ha visto cómo un tribunal ha otorgado el beneficio de la duda en el caso al ordenar esta semana que se realice un peritaje para determinar si el "experimento" puede considerarse plagio o no. Para ello, cada parte nombrará a uno o varios expertos que compararán las dos obras y emitirán después el correspondiente informe.
Al abogado de Kodama, Fernando Soto, no le ha gustado nada la decisión de los magistrados de la Cámara de Apelaciones. "Después de iniciado el juicio, Katchadjian comenzó a hablar de intertextualidad, pero antes hablaba de engordamiento", declaró al diario 'La Nación'.
El culebrón tiene ahora un final abierto y sin un plazo definido. Los expertos designados por las partes deberán ponerse de acuerdo sobre el procedimiento a seguir para cotejar las dos obras. Katchadjian, profesor universitario, le inyectó más de 5.600 palabras a las 4.000 del texto original de Borges. "Vamos a buscar personas que conozcan bien la obra de Borges, para que sean objetivas a la hora de hacer la comparación -explicó Soto-. Aunque con sólo leer palabra por palabra de cada una de las versiones se confirma una gran cantidad de adulteraciones".
Pese al revés judicial, el abogado de Kodama se mostró satisfecho de que, por fin, se haga lo que, a su juicio, se debió haber hecho desde el principio: "comparar una obra con otra para que se compruebe la adulteración del texto original y determinar si fue una acción dolosa".
Para Katchadjian (1977), su obra es definitivamente un juego literario: "Después de escribirla vi que había algo de profanación, en el sentido de que la profanación es llevar algo de vuelta al mundo de los hombres. Todas las profanaciones exigen un ritual, y el ritual siempre tiene que ver con el juego".
Ricardo Strafacce, escritor y abogado de Katchadjian, considera incomprensible la actitud de Kodama. No ve motivaciones económicas en la demanda, dado que su cliente no se enriqueció ni mucho menos con los 200 ejemplares distribuidos de su obra, pero sí una suerte de obsesión de la viuda de Borges por "meterse siempre con los más débiles". Para Strafacce, Kodama desconoce absolutamente la obra de Borges: "Hay sobrados ejemplos de cómo trabajó la intertextualidad en su escritura. Uno de ellos es el cuento 'Pierre Menard, autor del Quijote'".
La polémica ha generado revuelo entre los intelectuales argentinos. Algunos de ellos salieron en defensa de Katchadjian en julio y pidieron que se suspendiera su procesamiento en un acto celebrado en la Biblioteca Nacional. Ricardo Piglia y César Aira, entre decenas de autores, firmaron un manifiesto en defensa del profesor universitario, para quien el juez había pedido el embargo de bienes por 80.000 pesos (unos 8.000 euros).
"La autoría y los derechos subsidiarios de la obra 'El Aleph engordado' quedan fuera de discusión: pertenecen a Pablo Katchadjian. Su procedimiento no difiere en lo sustancial de lo que se ve a lo largo de toda la historia de la literatura: trabajar en base a textos preexistentes, reelaborarlos. Tampoco difiere de la larga tradición de obras similares que fueron creadas por escritores y artistas desde principios del siglo XX, entre los que estaba Borges", argumentan los intelectuales en su manifiesto.
No es la primera vez que Kodama presenta una demanda por plagio. El español Agustín Fernández Mallo, autor de la trilogía 'Nocilla', también sufrió en sus propias carnes hace cuatro años los embates judiciales de la viuda de Borges. A tal punto que la justicia ordenó retirar de las librerías el libro 'El hacedor (de Borges), Remake', en el que Fernández Mallo revisitaba otra de las obras cumbre del escritor argentino.""
Acusado de plagio por los abogados de Kodama, el autor de 'El Aleph engordado' fue sobreseído en primera instancia después de que un juez viera en el libro simplemente un "experimento literario", tal y como argumentaba la defensa de Katchadjian. Kodama insistió y logró que la Cámara de Casación revocara esa decisión y determinara que el joven autor se había apropiado de la propiedad intelectual de Borges.
En este laberinto jurídico que tanto disfrutaría el autor de 'Ficciones', ahora le ha tocado el turno de apelación a Katchadjian, que ha visto cómo un tribunal ha otorgado el beneficio de la duda en el caso al ordenar esta semana que se realice un peritaje para determinar si el "experimento" puede considerarse plagio o no. Para ello, cada parte nombrará a uno o varios expertos que compararán las dos obras y emitirán después el correspondiente informe.
Al abogado de Kodama, Fernando Soto, no le ha gustado nada la decisión de los magistrados de la Cámara de Apelaciones. "Después de iniciado el juicio, Katchadjian comenzó a hablar de intertextualidad, pero antes hablaba de engordamiento", declaró al diario 'La Nación'.
El culebrón tiene ahora un final abierto y sin un plazo definido. Los expertos designados por las partes deberán ponerse de acuerdo sobre el procedimiento a seguir para cotejar las dos obras. Katchadjian, profesor universitario, le inyectó más de 5.600 palabras a las 4.000 del texto original de Borges. "Vamos a buscar personas que conozcan bien la obra de Borges, para que sean objetivas a la hora de hacer la comparación -explicó Soto-. Aunque con sólo leer palabra por palabra de cada una de las versiones se confirma una gran cantidad de adulteraciones".
Pese al revés judicial, el abogado de Kodama se mostró satisfecho de que, por fin, se haga lo que, a su juicio, se debió haber hecho desde el principio: "comparar una obra con otra para que se compruebe la adulteración del texto original y determinar si fue una acción dolosa".
Para Katchadjian (1977), su obra es definitivamente un juego literario: "Después de escribirla vi que había algo de profanación, en el sentido de que la profanación es llevar algo de vuelta al mundo de los hombres. Todas las profanaciones exigen un ritual, y el ritual siempre tiene que ver con el juego".
Ricardo Strafacce, escritor y abogado de Katchadjian, considera incomprensible la actitud de Kodama. No ve motivaciones económicas en la demanda, dado que su cliente no se enriqueció ni mucho menos con los 200 ejemplares distribuidos de su obra, pero sí una suerte de obsesión de la viuda de Borges por "meterse siempre con los más débiles". Para Strafacce, Kodama desconoce absolutamente la obra de Borges: "Hay sobrados ejemplos de cómo trabajó la intertextualidad en su escritura. Uno de ellos es el cuento 'Pierre Menard, autor del Quijote'".
La polémica ha generado revuelo entre los intelectuales argentinos. Algunos de ellos salieron en defensa de Katchadjian en julio y pidieron que se suspendiera su procesamiento en un acto celebrado en la Biblioteca Nacional. Ricardo Piglia y César Aira, entre decenas de autores, firmaron un manifiesto en defensa del profesor universitario, para quien el juez había pedido el embargo de bienes por 80.000 pesos (unos 8.000 euros).
"La autoría y los derechos subsidiarios de la obra 'El Aleph engordado' quedan fuera de discusión: pertenecen a Pablo Katchadjian. Su procedimiento no difiere en lo sustancial de lo que se ve a lo largo de toda la historia de la literatura: trabajar en base a textos preexistentes, reelaborarlos. Tampoco difiere de la larga tradición de obras similares que fueron creadas por escritores y artistas desde principios del siglo XX, entre los que estaba Borges", argumentan los intelectuales en su manifiesto.
No es la primera vez que Kodama presenta una demanda por plagio. El español Agustín Fernández Mallo, autor de la trilogía 'Nocilla', también sufrió en sus propias carnes hace cuatro años los embates judiciales de la viuda de Borges. A tal punto que la justicia ordenó retirar de las librerías el libro 'El hacedor (de Borges), Remake', en el que Fernández Mallo revisitaba otra de las obras cumbre del escritor argentino.""