Un poco de teoría:
La energía nuclear (energía producida en el núcleo atómico) procede
de dos formas de interacción nuclear: la fisión nuclear y la fusión nuclear.
En la fisión
nuclear, los nucleones del núcleo (isótopos e isómeros constituyentes del
núcleo) más pesado tienen una energía total mayor que la correspondiente a la
suma de los nucleones ligeros por lo que si se fisionan los núcleos pesados,
desprenden energía. Cualquier núcleo puede experimentar la fisión si se le
suministra la suficiente energía pero este proceso solo cobra gran importancia
cuando el número atómico (número de protones) del núcleo fisionable
es mayor que 90 como, por ejemplo, el Uranio-235 (de número atómico 92). Si se
admite que el núcleo atómico tiene una forma perfectamente esférica (en su
estado fundamental), al impactar un “proyectil” (un neutrón) que va a provocar la
fisión con el átomo del elemento pesado, éste se excita y su superficie se
deforma y es posible que la esfera inicial se “estire” hasta conseguir romperse
en dos partes (otras dos esferas, según la hipótesis anterior) que se repelen
fuertemente porque tienen cargas del mismo signo y su distancia es mayor que el
radio del núcleo. En el caso puntual del Uranio-235, se liberan además 3
neutrones. Si, al menos uno de ellos es capaz de fisionarse como anteriormente
y sucesivamente, el proceso continuaría por sí sólo, proceso que se denomina
`reacción en cadena´. Si en esta reacción en cadena el desprendimiento de
energía se puede controlar fijando un límite superior de ésta, entonces se define un
`reactor nuclear´. Si, por el contrario, la energía se libera de una sola vez
en esta reacción en cadena y en una fracción pequeña de tiempo, entonces a esta
estructura se le llama `bomba nuclear´. Las centrales nucleares actuales se
basan en esta técnica.
En la fusión
nuclear (unir nucleones ligeros para obtener uno más pesado) también se libera
energía porque, por separado, los más ligeros tienen más energía que el más
pesado, pero esa liberación de energía es mucho más intensa. Este proceso es
interesante para núcleos con números másicos (protones + neutrones) en los que
esta suma sea menor que 60. Para los elementos en los que protones + neutrones
< 12, la liberación de energía es la mayor posible. Hoy en día, este tipo de
energía es incontrolable por el ser humano y esta técnica no se lleva a cabo.
Análisis:
El problema actual
de la energía nuclear es que únicamente se utiliza a nivel militar y para la
producción de energía eléctrica. Por tanto, estos limitados usos no le
confieren a la energía nuclear la veracidad en cuanto a la alternativa más
seria al uso de los combustibles fósiles. Las llamadas “energías renovables”
tienen incluso menos usos que la energía nuclear, ya que únicamente se utilizan
para la obtención de energía eléctrica porque otros usos o están directamente
prohibidos o tienen unos gravámenes que hacen que no sean rentables y esto es
debido al monopolio de la industria eléctrica en el sector energético, tema en
el que no voy a entrar (moratoria nuclear, pagos atrasados,…).
Por otra parte, los
desastres acaecidos en las últimas décadas en los complejos nucleares
(Chernobyl, Mayak, Fukushima, Three Mile Island, etc) con consecuencias que
durarán miles de años (en el caso de Chernobyl el periodo de desintegración total
de los elementos radiactivos es de 24000 años), han mermado considerablemente
las perspectivas optimistas con las que comenzó la era nuclear civil a partir de
la década de 1950. Además, hay que contar con los depósitos de los residuos
nucleares (combustible gastado que tiene alta, media o baja radiactividad) en
referencia a su costosa gestión y larga duración en el tiempo (los residuos de
baja intensidad permanecen activos durante cientos de años).
La cuestión clave
es si realmente se quiere tener una alternativa a los combustibles fósiles
actuales teniendo en cuenta que éstos son finitos y que el llamado “pico de
Hubert” está próximo en el tiempo, algunas décadas a lo sumo. Las alternativas
actuales como son la energía solar, eólica o hidroeléctrica, no se han
desarrollado eficientemente en el sentido de que se requieren parques enormes
en extensión o gigantescas plantas hidroeléctricas para proporcionar tan solo
una parte de la energía que produce una central nuclear. Los avances
significativos en cuanto a seguridad y control de la producción de la energía
nuclear desde sus inicios hasta nuestros días dan pie a pensar en este tipo de
energía como una alternativa fiable, continua y segura.
La extinta URSS fue
la más prolífica en darle a la energía nuclear distintos usos: submarinos
nucleares, un prototipo de avión movido con un pequeño reactor nuclear así como
un coche movido también con esta energía limpia. En las últimas décadas, la
medicina nuclear también ha dado pasos importantes para el tratamiento de
distintas enfermedades. Incluso los motores de las sondas Voyager, lanzadas a
finales de los años ’70, están alimentados con energía nuclear: la energía de
desintegración del Plutonio es convertida en electricidad que alimenta todos
los circuitos eléctricos.
Como conclusión,
estoy a favor de seguir desarrollando la energía nuclear por el simple hecho de
que los combustibles fósiles son finitos, la energía nuclear tiene usos civiles
muy interesantes todavía por desarrollar como los descritos anteriormente y, si el hombre quiere realmente salir del planeta Tierra y
llegar a otros planetas, debe pensar seriamente en el uso de esta energía para
motorizar las posibles naves que deberán realizar esos futuros viajes.