Con nombre de
superhéroe y espíritu valiente, así has vivido hasta la mayoría de edad. De
blanco impoluto cual emperador centelleante de joyas, así era tu pelaje. De
mirada incisiva, curiosa, ejerciendo un férreo control sobre tus dominios, los
cuales no dejaré que sean saqueados, siempre permanecerán incólumes, tal y como
lo fueron durante tu existencia. Ahora conquistarás otros territorios y vivirás por siempre
rey. Tu partida no ha sido como la de los grandes monarcas y emperadores, pues ha
sido dulce y sosegada, sin sufrimiento alguno, no merecías menos.
Un ejemplar como tú
no podía repetirse, la naturaleza fabricó un ser único, y por esa razón te dio el
don de no tener descendencia pero una parte de ti permanecerá siempre en mí, no
lo olvides allá donde estés cuando me observes desde tu plácido retiro.
Tantos años juntos
hacen mella, qué duda cabe, tu última mirada y la última caricia, los dos
sólos, las llevaré siempre tatuadas en mi alma y cuando nos reencontremos
recordaremos los viejos buenos tiempos y estaremos juntos el resto de la eternidad.
Sin más que
comentarte, te deseo solo lo mejor allí donde estés, rodeado de tus congéneres
y con algunas personas que te quisieron. Descansa en paz.