Prácticamente, desde
que el hombre tiene conciencia de ser hombre, el Homo Sapiens se ha planteado
la cuestión no banal, junto con otras, de si está sólo en el universo, a partir
de la cuestión simplificada de si está sólo. No fue hasta mediados del siglo XX
con el desarrollo de la llamada carrera espacial, cuando se plantearon las
bases científicas de tan dudosa cuestión. Así, surgió la “Ecuación de Drake”
que aproximaba, como un primer paso, cuántas civilizaciones de nuestra galaxia
podrían poseer la capacidad de emitir frecuencias de radio que fueran
detectables. Se puede encontrar mucha información sobre esta ecuación en este enlace.
Evidentemente, la simple concepción de una fórmula que pueda darnos un valor
concreto se plantea poco exacta exponencialmente por la falta de datos
concretos sobre cada factor de dicha formulación. Aún así, en un principio se
estimó que dicho valor, llamado N en la ecuación, podría ser de 10, demasiado alto a mi entender ya que,
no olvidemos que la ecuación de Drake estima un valor para civilizaciones avanzadas.
Con el paso de las
décadas se fue perfilando una formulación que diera una respuesta más o menos
concreta a la pregunta de si está el hombre sólo en el universo conocido, de
tal forma que se afinó esta cuestión sin plantear la posibilidad de que, en
caso de existir vida ahí fuera, no necesariamente tuviera la posibilidad de
emitir ondas de radio detectables desde la Tierra, simplemente se busca que exista vida
extraterrestre, sea la que sea, con lo que se ha estimado que al menos dos
planetas con vida se podrían descubrir de aquí a 10 años, un dato muy
interesante.
Ahora bien, los
planteamientos anteriores se basan en el momento actual, década arriba, década
abajo pero ¿qué ha sucedido durante toda la vida conocida del universo con la
existencia de civilizaciones o, más simplemente aún, la existencia de cualquier
tipo de vida? Nos encontramos con una cuestión nada trivial teniendo en cuenta
que la edad del hombre es muy limitada con respecto a la edad del universo,
apenas una fracción aquella de ésta, por lo que cabría preguntarse si no han
existido más civilizaciones de hombres o seres parecidos según a adaptación que requiriera su entorno de existencia, en otras épocas, hace miles o millones de años, o
algo parecido, por lo que contestar la pregunta inicial que planteó Frank Drake
lleva al hombre a una lucha contrarreloj si aplicamos la “Teoría de Olduvai”, con enlace aquí,
íntimamente relacionada con el “Pico de Hubbert”, aquí, es decir, el hombre no posee
mucho tiempo para encontrar vida extraterrestre, tal y como se concibe la vida
del hombre en el planeta Tierra.
Pero, ¿y si se
plantea la pregunta inicial en sentido contrario?, es decir, ¿por qué alguna o
algunas civilizaciones avanzadas extraterrestres no han conseguido hasta ahora,
que se sepa, detectar ondas de radio procedentes del hombre suponiendo verídica la existencia de esas civilizaciones? Por una parte, es
obvio que, de existir alguna civilización extraterrestre, tendría igual o menor
nivel tecnológico que el del hombre porque si fuera mucho más avanzada, habría
podido (supongo) detectar y contactar con nuestra civilización. Por otra parte,
dicha civilización avanzada habría podido detectar, simplemente con ‘apuntar’
adecuadamente sus radiotelescopios hacia nuestro planeta, las emisiones de
radiactividad de las centrales nucleares, la basura espacial, las altísimas
temperaturas de los ensayos con armas nucleares posteriores a la Segunda Guerra
Mundial (millones de grados centígrados, es decir, varias veces la temperatura
de una galaxia como es el Sol, por ejemplo con la reacción de fusión
Deuterio-Litio6) y algunas otras cuestiones.
Por todo ello, soy
reacio a creer que exista vida inteligente ahí fuera y, en caso de existir, no
creo que al hombre le dé tiempo a encontrarla o viceversa si se cumple la
teoría de Olduvai, que nos encuentren aunque, por otro lado, bien es cierto que
el universo conocido por el hombre sigue ampliándose gracias a los avences tecnológicos y se puede conjeturar con la existencia de universos paralelos, etc., de
ahí la razón de denominar a esta entrada como “paradoja” de una cuestión científica.
A grandes rasgos, esta entrada es una breve introducción a la "Paradoja de Fermi", que ya se planteó cuestiones parecidas mientras trabajaba el el Proyecto Manhattan, pero eso es otra historia...
A grandes rasgos, esta entrada es una breve introducción a la "Paradoja de Fermi", que ya se planteó cuestiones parecidas mientras trabajaba el el Proyecto Manhattan, pero eso es otra historia...