El mejor asesino a
sueldo de la historia del cine, en mi opinión, aparece en la saga de películas
que conforman “El Padrino”. Albert Neri es un personaje secundario pero de una
enorme relevancia y su presencia en la pantalla dice más que cualquier otro
diálogo. Es un personaje tan importante que se le asignan, en cada una de las tres
partes de la saga, los asesinatos de los más relevantes personajes enemigos de
la familia Corleone: en la primera parte se encarga de Barzini, jefe de una
familia enemiga, en la segunda parte mata a Fredo Corleone, ni más ni menos que
el hermano menor del jefe, el Don Michael Corleone y, en la tercera parte, da
muerte al banquero del Vaticano. También cabe destacar que colabora junto con
Vincent en salvar a Michael Corleone de un brutal atentado y el Don consigue
huir con su inestimable ayuda. Dicho actor también aparece en mi serie de
televisión favorita, “The Sopranos”, de nuevo haciendo de asesino a sueldo.
[Nota aclaratoria: The Simpsons, The Ramones y The Sopranos
se traducen como Los Simpson, Los Ramone y Los Soprano porque se refieren a
familias, por tanto, quien diga que le gustan `los Ramones´ no solo no tiene ni
idea de lo que habla sino que tampoco se molesta en entender las diferentes
lenguas que nos rodean, así como sus traducciones y significados, según sean
frases hechas o no. Es distinto el caso de “The Beatles” o “The Who” que se
traducen como Los Beatles y Los Who respectivamente, ya que no se refieren a
nombres propios de familias.]
Algunos dirán que
la ausencia de diálogos de un actor en una película de cine o en una obra de
teatro, desmerece lo que se quiere describir o representar, algo con lo que
estoy en total desacuerdo porque la ausencia (total o parcial) de diálogos o
monólogos fuerza al actor que interpreta a satisfacer en el espectador los
sentimientos que requiere la trama sin el uso de la palabra. Me remito a la
entrada “Pagliacci” (probablemente una de las mejores que he escrito hasta ahora en este blog) para entender el significado de transmitir
sentimientos sin el uso de la palabra.
Podría hablar mucho
sobre la saga de “El Padrino” pero sería llover sobre mojado. Me remito a
comentar que es considerada una de las mejores películas de la historia (tanto
la primera parte como la segunda) con multitud de premios Óscar de la Academia
del Cine. Uno, en concreto, fue a parar al inmenso Robert de Niro con una
actuación de poco más de 30 minutos. Bien es cierto que la Academia de Cine
otorga premios a voluntad y sin criterios fijos ya que, esta misma institución,
es la que nunca dio un premio a Charles Chaplin, nunca dio un premio a Sir
Alfred Hitchcock e incluso se atrevió a no darle el Óscar a la mejor película
del año 1994 a “Cadena Perpetua”, considerada la mejor película de la historia
del cine por Internet Movie Database incluso por delante de “El Padrino I”. Por
estas y otras razones no considero los premios Óscar como algo definitivo para
tratar a una película como obra de culto pero, en el caso de la saga de “El
Padrino”, bien es cierto que el acierto en los premios fue merecido.
Siempre que vuelvo a ver las tres películas de esta serie, observo
detalles nuevos que pasaron desapercibidos en los anteriores visionados. Eso
quiere decir que pertenecen al Olimpo del cine, son buen cine. Y Al Neri está
ahí, en las tres partes de la serie, con pocos diálogos pero con mucha
actuación, casi como si se estuviera viendo cine mudo.