sábado, 22 de agosto de 2015

Only the Good Die Young



   Only the Good Die Young no es solo una magnífica canción de Iron Maiden. “Sólo los mejores (buenos) mueren jóvenes” en su traducción libre, reza el título de esta entrada. A finales de agosto de 2015 se disputa la extraordinaria carrera de fórmula 1 en Spa-Francorchamps con su impactante subida de Eau Rouge (agua roja) que se denomina así porque debajo fluye un riachuelo con agua de una tonalidad rojiza. Se cumplen pues, 30 años de la muerte del que considero el mejor piloto de la historia de la fórmula 1, con el visto bueno del inimitable Ayrton Senna, que decía de Eau Rouge `mi corazón me pide subir con el pie a fondo pero mi cabeza me manda levantarlo´. Me refiero al poco conocido Stefan Bellof.

   Senna murió 9 años después, en 1994, disputando el gran premio de San Marino, Italia, con 34 años. Bellof murió en Spa en 1985, concretamente en la anteriormente mencionada subida de Eau Rouge al colisionar con su compañero de equipo. El coche se incendió. Tenía 27 años.

   Cuando a uno le gusta un deporte, o le gusta desde siempre o lo acaba de descubrir y se engancha a él. En mi caso particular, me gusta la fórmula 1 desde siempre. De hecho, vi en directo aquella fatídica carrera comentada antes en la que Senna se estrelló contra el muro. Después de mucho investigar, deduje que la culpa fue del lento coche de seguridad (Opel Vectra) que hizo que se enfriaran excesivamente los neumáticos de los bólidos y perdieran así presión, lo que llevó a que el coche del brasileño diera un ligero salto en la curva con la consiguiente pérdida de direccionabilidad del eje delantero y el monoplaza no pudo girar a tiempo, lo que desembocó en el choche fronto-lateral contra el muro (acabo de resumir en pocas frases, decenas de artículos leídos y entrevistas de expertos en inglés, alemán e italiano).

   Aplaudo la reciente afición que ha sufrido este deporte desde hace algunos años en nuestro país con la aparición de Fernando Alonso, talentoso, disciplinado, calculador y muy, muy buen piloto. También es justo nombrar a Pedro de la Rosa, otro español en la élite del mundo del motor. Pero tan solo unos pocos hemos sido pre-alonsistas en lo que se refiere a estar pendientes del espectáculo máximo del motor, algo que era de raritos, de lo cual me enorgullezco.

   Pero, volviendo al mejor piloto, Stefan Bellof, según mi criterio, explicaré cual es el motivo que me lleva a este nombramiento. Se iban a disputar los tradicionales 1000km de Nurbürgring-Nordschleife, un circuito de casi 21km (antes tenía 28km, donde Niki Lauda se quemó vivo en 1976), comúnmente conocido como “el infierno verde” y corría el año 1983. Bellof pilotaba, por esa época, para la casa Porsche y tenía el volante de un Porsche 956C, uno de los mejores monoplazas cerrados de la historia del automóvil. Hay que tener en cuenta que este circuito no está operativo hoy en día para disputar carreras por su longitud y características pero está abierto al público, previo pago de una tasa, para que disfruten de la velocidad y el vértigo en estado puro. Las mejores marcas deportivas lo emplean para realizar test de sus prototipos: Ferrari, Porsche, Mercedes, Bugatti, Lamborghini, Koeningsegg, etc. En este circuito, un conductor normal con un coche normal está alrededor de los 10 min/vuelta, bajar de 8 min/vuelta ya supone un prodigio tanto de máquina como de piloto y bajar de 7 min/vuelta es solo para especialistas y vehículos de altísimo nivel y prestaciones estratosféricas, lo cual da idea de las virtudes de este enrevesado y diabólico circuito del que Jackie Stewart afirmaba `si te gusta Nurbürgring, o estás loco o no has ido a suficiente velocidad´.

   Pues bien, Bellof marcó, en su mejor tiempo de vuelta de los 1000km, unos espeluznantes 6:25:09, es decir, casi 6 minutos y 26 segundos pero, en la clasificación firmó la estratosférica cifra de 6:11:13 a los mandos de su Porsche 956C. Tan solo otro piloto consiguió bajar por poco de 6:30 min/vuelta una vez en toda la historia de las cuatro ruedas y nadie más… ni siquiera con los avances tecnológicos de hoy en día. Ningún piloto ni ninguna máquina de dos o cuatro ruedas ha conseguido nunca ni tan siquiera acercarse a 6:30 y, ni mucho menos, a esa cifra mágica de 6:11:13. Los hiper-deportivos actuales se sitúan en el rango 6:50 – 7:00 min/vuelta. En el año 2007 el piloto de fórmula 1 Nick Heidfield a los mandos de su Bmw oficial de fórmula 1, realizó una vuelta a este circuito marcando algo menos de 8 min/vuelta pero, en su defensa, hay que decir el Bmw no estaba preparado estructuralmente para afrontar un circuito de estas características como tampoco lo están los actuales monoplazas de la fórmula 1, preparados para circuitos anchos, bien asfaltados, con grandes rectas y entorno a los 5km de longitud.

   Por esa razón considero a Bellof como el mejor piloto de la historia, por delante de Senna, Schumaker, Ickx, Prost, Mansell, etc. Bellof disputó dos años la fórmula 1 con una escudería menor, Tyrrell, sin éxito salvo un 4º puesto en una ocasión y nunca ganó pero una de las 174 curvas del infierno verde lleva su nombre. Por algo será.