viernes, 23 de mayo de 2014

Todos conocemos a un Jesse Pinkman

   Jesse Pinkman es el otro personaje principal de la serie de televisión Breaking Bad. No es mi serie favorita aunque sí está entre las que considero las tres mejores series de televisión de la historia: The Sopranos, Breaking Bad y The Wire. Cualquiera de las tres se merecen todos y cada uno de los múltiples premios que han conseguido. Anteriormente hubo otras de renombre que fueron muy populares aunque no tan buenas: El Santo, Star Trek, The Hill Street Blues, Twin Peaks,… por citar algunas.
   Volviendo al tema que nos ocupa, el personaje de Jesse Pinkman me produce lástima. Por una parte es ingenuo, torpe, influenciable y muy manejable, es la marioneta en la que se apoya Walter White, que no Mr. Heisenberg, cuando más le conviene. Pero, por otra parte, lo que le identifica realmente a lo largo de toda la serie es su lealtad y fidelidad y, a pesar de ser un drogadicto empedernido, tiene unos principios morales que ya los quisiera para sí el señor White. Existe pues una relación paterno-filial no resuelta.
   Deambula por la serie como un paria al servicio del “negocio” pero tiene tremendos conflictos internos sobre su conducta con fuertes depresiones. Es la típica persona que sabemos que nunca levantará cabeza y que, con toda probabilidad, acabará sus días de forma dramática.
   Todo esto sucede así hasta los últimos momentos del último capítulo de la serie (personalmente la hubiera acabado dos capítulos antes, en el capítulo “Ozymandias”) donde Heisenberg, el lado oscuro del señor White, le pide que haga algo por él. Entonces todo se transforma y Jesse hace justo lo que no ha hecho a lo largo de 5 temporadas: se niega a hacer lo que se le ha pedido. Y este rotundo rechazo le salva la vida y huye conduciendo velozmente mientras llora como nunca antes lo hizo. Solo por ese momento merece la pena todo lo pasado.
   Todos conocemos o hemos conocido a alguna persona con las características de Jesse Pinkman. En algunos casos esas personas se han revelado ante situaciones límite y hemos sido testigos de ello, sorprendiéndonos por esas reacciones porque suponíamos que esa o esas personas siempre serían unos parias, unas compañías prescindibles. En otros casos, pasan o pasaron por nuestras vidas sin gloria y sin que pudiéramos comprobar si realmente reaccionarían o seguirían siendo como Jesse Pinkman lo fue a lo largo de tantos años.

   Nada se supo de Jesse Pinkman después. Lo que sí aconteció fue que Heisenberg – Walter White murió al poco tiempo de dejar de ser el maestro de marionetas de Jesse aunque Mr. White ya estaba herido de muerte.