Es bien sabido que
Google es el motor de búsqueda más usado de internet en más de 100 idiomas con
multitud de algoritmos internos que han ido incrementando su grado de
complejidad desde la creación del buscador (a mediados de los años 90), de tal manera
que, al principio, había que ser muy específico en la forma en la que el
usuario le "preguntaba" para obtener resultados fiables. Prácticamente
sólo se podían buscar sinónimos o frases cortas parecidas a las de la búsqueda y el buscador (éste y otros, puesto que todos los motores de búsqueda en esos tiempos eran muy rudimentarios) devolvía las páginas web donde estaban los
textos que incluían esas frases, algo muy sencillo y poco práctico. Actualmente, al motor
de búsqueda se le pueden hacer incluso preguntas y nos devuelve una gran cantidad de
páginas webs relacionadas con nuestra cuestión e incluso, una búsqueda de esa
búsqueda supone ya un gran acierto sobre lo que desea encontrar el usuario. Además, hoy en día, se le puede pedir a Google que realice ciertos cálculos matemáticos
y traducciones entre idiomas. Aunque, por experiencia propia, he de decir que esto
último debe profundizarse porque las traducciones suelen no acertar, salvo del
idioma inglés a otro o viceversa, pero estoy seguro que en poco tiempo Google
sabrá corregir este fallo y ampliar su grandiosidad con ésta y más opciones.
Hasta aquí todo
correcto y aséptico pero a mí me gusta retorcer las cosas, quienes lean este
blog lo saben bien, por lo que planteo en esta entrada una cuestión sencilla a
priori pero que (creo) encierra algo de dificultad, si no bastante. Cualquier
usuario de internet y, por tanto, más o menos usuario de alguna característica
de Google, pensará que en este maravilloso motor de búsqueda está todo lo
habido y por haber: desde todas las recetas culinarias posibles, pasando por la
historia de la humanidad, o todas las predicciones futuras, hasta la gran
mayoría de idiomas del mundo en todos sus formatos, desde el chino, el inglés,
el cirílico, el árabe, el español, las lenguas muertas, los geroglíficos, etc,
etc, es decir, prácticamente todo lo que se sabe y lo que se sabrá, teniendo en
cuenta que cada día se añaden millones de páginas web con todo tipo de
información donde este buscador busca y rebusca (sin entrar en la Deep Web, ese
es otro tema).
La pregunta que
planteo es la siguiente: ¿existe alguna palabra con significado (en idioma
español, aunque se podría plantear la pregunta para otros idiomas) que NO
aparezca en Google? En caso afirmativo, ¿es única o existe más de una?, y ¿cuál
es o cuáles son esas palabras? Estas cuestiones no son baladíes, ya que no se
pueden plantear en el motor de búsqueda por la propia naturaleza de lo que
se pretende. En condiciones normales, solemos preguntarle a Google por una duda
o una información y nos devuelve una serie de enlaces a páginas web
relacionadas con nuestra cuestión y ahí elegimos un camino, más o menos
complejo, según la complejidad de nuestra duda, hasta llegar a resolvernos la
cuestión u obtener la información buscada pero, en este caso, no se puede
realizar ese proceso porque buscamos algo que no está en Google, es decir, algo a lo que no puede acceder el motor de búsqueda en internet.
Dejo al lector o
lectora la cuestión abierta (yo no sé la respuesta aunque le doy vueltas) para
que piense y no deje de pensar, que de eso se trata en este blog, de no
conformarse con lo que se nos dice, y no dejar de tener espíritu crítico con lo
que nos rodea.